El martes 16 de octubre Cuba tomó una nueva postura migratoria eliminando el permiso de salida y la necesidad de la Carta de Invitación para que los ciudadanos cubanos viajen al exterior, una semana después el pasado 25 de octubre se adicionaron nuevas medidas migratorias encaminadas a facilitar el regreso de los emigrados ilegales.
El objetivo de las nuevas medidas migratorias es normalizar la entrada temporal al país de los emigrados ilegales. Consisten en la extensión del tiempo que pueden pasar los cubanos en el extranjero sin ser considerados emigrados ilegales, el tiempo se extendió de 11 meses a 24; y la ampliación de las causales para la repatriación de los cubanos que residen en el exterior. Sin embargo, se especula que son mediadas insuficientes, y no se equivocan, pues la intención es acercarse a los emigrantes cubanos sin ceder a las pretensiones extranjeras o particulares de los disidentes al régimen, este rubro lo aclaró el Presidente cubano Raúl Castro en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Pupolar al evocar "el derecho del Estado revolucionario de defenderse de los planes injerencistas y subversivos del gobierno norteamericano y sus aliados", y también advirtió que "se incluirán contramedidas razonables para preservar el capital humano creado por la Revolución frente al robo de talentos que aplican los poderosos."
La moción de estas medidas fue del Presidente del Consejo de Estado Raúl Castro Ruz en cooperación con el Secretario del Consejo de Estado Homero Acosta y con el vicepresidente del Consejo de Estado y Ministro del Interior Abelardo Colomé Ibarra, a quién le asignaron la comisión encargada de planear las medidas necesarias para favorecer las relaciones con la emigración cubana.
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